2) desastres naturales y cataclismos cósmicos;
3) arrebato de los fieles y persecución;
4) colapso financiero y carestía;
5) apostasía generalizada y gobierno mundial del anticristo.
Desde el punto de vista profético, Israel es el “reloj” de Dios, el cronómetro que nos dice cuánto cerca ó lejos estamos de que concluyen los tiempos actuales de las naciones y de la Iglesia, y comienzan los tiempos mesiánicos del Reino de Cristo.
Los judíos esperan la venida del Mesías por primera vez, los cristianos lo esperan en su segunda venida.
Ese advenimiento será precedido por una serie de hechos mediante los cuales Dios irá preparando a la humanidad entera.
la historia de Israel está caracterizada por diversos momentos de castigo y silencios divinos, siempre debido a las infidelidades del pueblo adoptado por Él. Ezequiel predijo que, después de reunidos nuevamente en la tierra prometida, al final de los tiempos, los israelitas serán atacados por los enemigos del norte (países árabes) juntamente con Rusia.
Esa guerra mundial, en la que varios países se unirán para atacar a Israel concluirá, dice Ezequiel, con una portentosa intervención divina que frustrará la invasión.
Meses después tendrá lugar el falso acuerdo de paz firmado por el personaje a quien el profeta Daniel llamó la “cuarta bestia” (denominada por San Juan como el “anticristo”), el cual dominará el mundo durante siete años: “por otra semana sellará un pacto con muchos” (Dn 9, 27).
Jesucristo llamó a ese periodo la “Gran Tribulación” y es la etapa en que la humanidad será purificada y preparada para su Retorno glorioso, acontecimiento que cierra los tiempos de la Iglesia y de las naciones, y da inicio a los nuevos tiempos mesiánicos del Reino de Dios en la Tierra.
ORWELL/CITY 